¡Eeeh, pulso electromagnético de la fantasía! El TOF 2 ya puso en la lista negra uno de los premios gordos del decomiso: el hotel boutique “Las Dunas”, un complejo de lujo que Lázaro Báez levantó en 2015 pegadito a la casa de Cristina en El Calafate (tan pegadito que comparten medianera y vista al lago). 6.000 m² cubiertos, spa, pileta climatizada, restaurante, todo financiado con sobreprecios de la ruta que el mismo Báez se choreaba. Valor actual: más de 20 palos verdes. Ahora pasa al Estado, lo tasan, lo venden en remate público y la guita va a reparar el daño de los 84 contratos truchos de Vialidad. Los Kirchner lo usaban como anexo VIP cuando venían los amigos de la obra pública.
El quilombo revienta con la ironía patagónica más hija de puta: el hotel que era el símbolo del “sueño K” (construido por el amigo que te paga la casa y vos le pagás con rutas infladas 300%) ahora termina en manos del Estado que decían odiar. Cristina lo inauguró en persona, lo promocionaba como “turismo popular” mientras Lázaro facturaba millones con Austral Construcciones. Lo que era “emprendimiento familiar” ahora es prueba del curro y se lo lleva el martillero como si fuera un Fiat 600 embargado.
El golpe pega en lo simbólico heavy: por primera vez le sacan a Cristina un bien suntuoso que todo el mundo sabía que olía a sobreprecio desde el día uno. No es un terrenito cualquiera, es EL hotel boutique que mostraba en las revistas cuando quería posar de empresaria patagónica exitosa. Rematarlo es como venderle el quinto piso de Uruguay 1306 en subasta pública: el corazón del imperio K empieza a oler a liquidación total.
Yo, que vi más hoteles K pasar de manos que turistas en temporada alta, te digo la posta: si lo construyeron con plata probada de la corrupción vialidad, es lo más justo que exista que termine en remate y la guita vuelva al Estado. Equilibrio piola: que lo tasen bien alto, que lo venda el que más pague y que con esa plata arreglen alguna ruta que Báez dejó a medio hacer. Y si Cristina dice que es persecución, que invite al martillero a tomar el té en lo que queda de su casa… total ya no va a tener hotel al lado.
¿Creés que el hotel lo compra algún criptobro mileísta para joder o termina en manos de un fondo yanqui?
¿Cristina va a la subasta a gritar “¡es mío!” o mira desde el balcón con Fabiola?
Contame tu visión, tornado de la locura: ¿rematar Las Dunas es Justicia histórica o sigue siendo lawfare con vista al lago?
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