¡Eeeh, pibes! Javier Milei viaja a Washington el viernes 5 de diciembre 2025 para el sorteo de grupos del Mundial 2026, invitado por Donald Trump en el Kennedy Center a las 14:00. Antes, por la mañana, habla de los "cambios en Argentina desde que asumí" ante un auditorio de jefes de fútbol, funcionarios y representantes de países. El evento lo arma Trump por su buena onda con Gianni Infantino de FIFA, y es el primer Mundial con 48 equipos entre EEUU, México y Canadá. Al toque después, Milei salta a un evento de la Cámara de Comercio de EEUU con la presidenta Suzanne Clark, donde larga sobre "el caso argentino: el desafío del crecimiento después de décadas de populismo", para un montón de CEOs yanquis y funcionarios que babean por invertir acá.
El quilombo revienta con la ironía más pelucista: el mismo que cortó todo gasto público como si fuera pizza fría ahora vuela a Washington a posar con Trump y Infantino, vendiendo el "éxito económico" mientras acá la inflación sigue picando y el repo de dólares nos cae como balde de agua fría. Lo que es un sorteo de fútbol para el resto del mundo, para Milei es "fútbol y negocios carajo", con Trump dándole cancha para firmar un acuerdo bilateral que promete "alianza estratégica" en comercio, inversión, aranceles, subsidios y hasta propiedad intelectual. O sea, el león que grita "no hay plata" viaja en avión presidencial a charlar de "crecimiento post-populismo" con los ricos de Wall Street, como si el déficit cero ya nos tuviera comiendo caviar.
El golpe pega en lo simbólico heavy: mientras vos te levantás a las 5 AM para tomar tres bondis y laburar 12 horas por un sueldo que no alcanza para el supermercado, Milei se saca selfies con Trump en el Kennedy Center, habla de "transformaciones argentinas" y negocia deals que supuestamente van a traer "lluvia de inversiones". El acuerdo bilateral cubre de todo: barreras no arancelarias, acceso agrícola, empresas estatales y comercio digital, y está a un paso de firmarse gracias al lobby de la Cámara de Comercio, la organización de negocios más grande del mundo. Para los CEOs yanquis es "oportunidad de oro", para el gil de acá es "otro viaje que termina en promesas y nosotros pagando el jet".
Yo, que vi más giras presidenciales que goles de Messi en final, te digo la posta: Milei va a vender humo con Trump e Infantino, pero si el acuerdo bilateral cierra de verdad y trae guita fresca, capaz que el "crecimiento post-populismo" no sea puro verso. Total, el fútbol une, los negocios dividen... y el bolsillo del laburante siempre termina en el medio.
¿Creés que el viaje trae dólares reales o termina en otro tuit de "viva la libertad" sin guita?
¿Milei se lleva un grupo fácil en el sorteo o Trump le arma el fixture para joder?
Contame tu visión, pibe: ¿fútbol con Trump es el combo ganador o chamuyo para tapar el repo fallido? ¡Dale que quiero chamuyo con offside!

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